La hija de Gwyneth Paltrow y Chris Martin se llama Apple («Manzana» en español), los retoños de los Beckham, Brooklyn, Romeo y Cruz; y, una de las pequeñas de «Brangelina», Shiloh Nouvel (que mezcla el hebreo y el francés para componer «El nuevo Mesías»). Pero no solo los famosos escogen nombres extraños para sus hijos, ya que la última moda entre los bebés estadounidenses es llamarse Cullen o Bella.
El «fenómeno Crepúsculo» ha llegado hasta los bautizos y el apellido del vampiro que interpreta Robert Pattinson ha escalado 297 puestos en el ranking de los nombres más populares, según los registors de la Social Security Administration estadounidense.
Con 69 bebés llamados «Barack» quienes nacieron en el 2009, continúa escalando peldaños en la lista ascendiendo al lugar número 1,993 del 2,424 en el 2008, y desde el 12,535 en el 2007.
El nombre Miley (relacionado con Cyrus, la actriz que encarna a Hannah Montana) ha descendido este últim o año, así como el de una de las celebrities más famosas (y de capa caída) Lindsay (Lohan).
Las «Tiffanys» ya no están de moda
Según la revista «Time», los nombres suelen elegirse según modas, ya que en los años ochenta las niñas estadounidenses solían recibir nombres tipo Tiffany, Ashley o Brittany; una tendencia que ha cambiado estos últimos años para pasar a nombres más suaves como Emma, que cada vez se ha ido extendiendo más.
Uno de los nombres clásicos es Elvis. Según el informe anual del Comisionado de la Administración, el rey del rock se deslizó desde su posición 713 del 2008 a la 858 en el 2009. No obstante, se mantienen en el ranking Presley, para las niñas, y King, para los niños.
La pequeña Usnavi o el niño Arroba
Quizá la paternidad despierta la imaginación. Esa sería una buena explicación para todos esos nombres hilarantes que algunos niños han recibido al nacer.
En Venezuela, por ejemplo, es costumbre castellanizar nombres extranjeros. Así, Yhobany (del italiano Giovanni) o Maiquel (del inglés Michael) son nombres muy comunes. También se ha puesto de moda mezclar el nombre del padre y de la madre, consiguiendo combinaciones inverosímiles. Y lo más llamativo, escoger el nombre de un barco para una recién nacida: sí, las «Usnavis» (de US Navy), existen.
En Lakhanow, una aldea del norte de la India, gritas «Saddam Hussein» y salen niños por todas partes. Al poco de morir el dictador irakí, numerosos padres de esta y otras localidades sunitas, quisieron rendirle homenaje poniendo a sus retoños tal nombre. «Si Dios quiere, un día nuestra aldea estará llena de Saddam Husseins», dijo Ejaj Alam, de 35 años, y padre de un pequeño Saddam Hussein (rebautizado a los tres años) a la BBC.
Algunas etnias tienen como tradición poner nombres desagradables a sus descendientes para espantar a los malos espíritus, un hábito que las autoridades del país quisieron desterrar. Y por ello, hoy nadie llegará al mundo con el nombre de Ah Chwar (Víbora), Woti (Coito) o Khiow Khoo (Jorobado). Nada de animales, vegetales, frutas o colores ni tampoco números o títulos nobiliarios.
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