MODELOS / «¿Por qué fascina a los jóvenes? Creo que porque se dirige a ellos, que están en un momento de sus vidas en el que nadie les hace caso», opina Slade, responsable de obras como Hard Candy y la también vampírica 30 días de oscuridad. «En el mundo de hoy ya no hay modelos como el Che Guevara, y los protagonistas de Eclipse transmiten un ejemplo a seguir».
En efecto, Crepúsculo apela a una juventud que se adueña de la imagen del vampiro y la convierte en signo de rebeldía imberbe. El mito es reformulado. Los no muertos de Eclipse no tienen grandes problemas con la luz del sol, los crucifijos o el agua bendita. Beben sangre de animales, no de personas, quizá porque su fuerza motriz no es la hemoglobina sino el temblor del primer amor. Cierto es que todas las historias de vampiros basan su atractivo en estimular nuestros deseos eróticos, pero pocas lo hacen de forma tan clara como la relación prohibida entre Edward y Bella, que simboliza los anhelos sexuales y las frustraciones que integran la juventud y que, dada su pertinaz castidad, debe entenderse como una apología de la abstinencia sexual antes del matrimonio, conforme con las creencias mormonas de Meyer.
MARATÓN 'CREPÚSCULO' / Bella ansía que Edward la muerda –los colmillos como símbolo fálico–, y Edward no lo hará hasta que ella se case con él. «Deja de intentar quitarte la ropa», le dice con esa mirada de intensidad exacerbada que ha hecho de él un ídolo de masas y ha convertido el último año de vida del actor Robert Pattinson en una pesadilla. «La gente se volvía loca. Todo el mundo me llamaba Edward. Eso me asustó un poco –confesaba Pattinson hace unos días–. Pero por suerte las cosas han cambiado. Me resulta todo más fácil ahora. La gente me va conociendo y me va tratando como una persona normal y corriente». A partir de mañana, probablemente tendrá que desdecirse.
0 comentarios:
Publicar un comentario